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Desafortunadamente no hay estabilidad política en A. Latina: Pasquino @ElNuevoSiglo

GIANFRANCO PASQUINO, referente mundial en Ciencia Política y quien fue el invitado principal a la Semana del Politólogo organizada por la Universidad San Buenaventura, sede Bogotá, habló en exclusiva con EL NUEVO SIGLO sobre el futuro político de la región y sus percepciones sobre los procesos electorales del continente.

EL NUEVO SIGLO: ¿Cuál es su opinión de la polarización política en América Latina y cómo podría afectar la estabilidad regional?

GIANFRANCO PASQUINO: Desafortunadamente no hay una estabilidad política regional en América Latina. Siguen siendo indispensables las elecciones libres y respetuosas, especialmente con las oposiciones. Los problemas de los latinoamericanos tienen soluciones que independiente y solamente de manera autónoma los gobiernos de cada país pueden resolver. Mi opinión, que puedo defender con fuerza y con muchas razones, experiencias y libros, es que los populistas siempre seguirán siendo el problema y nunca serán la solución.

El continente siempre se ha visto desbordado de personalismos a través del presidencialismo, donde se premia a la persona y sus ideas, y no al partido, sea de izquierda o de derecha.

Indiscutiblemente, la región deberá afrontar el tema de la situación de inestabilidad política de Venezuela, que es un factor de crisis de inmenso impacto, asimismo deberá procurar instar al restablecimiento de la democracia a través del fortalecimiento de los partidos políticos y de garantías electorales, sin embargo, todo está por verse.

En conclusión, el panorama político de América Latina no se puede pintar como una marea roja o azul, su futuro y estabilidad dependerá de la capacidad de los dirigentes que lo regentan.

ENS: ¿Cómo ve el proceso electoral venezolano y la continuidad de Nicolás Maduro del poder?

GP: Maduro tiene que irse, así de claro y contundente.

El proceso electoral venezolano ha sido manipulado. La oposición debe intentar construir una fase de transición con procedimientos democráticos e incluyentes. Venezuela por historia, pese al chavismo, siempre ha sido un país democrático y llegó el momento de revitalizar sus tradiciones democráticas y participativas.

Hoy está nación es un caso muy triste, pero no perdido. Sigo creyendo y apostando por una transición de gobierno por las buenas y un cambio que permita reestablecer la democracia.

Solo el destino nos dirá qué deparan las “elecciones” y si el régimen de Nicolás Maduro llega a su final, ojalá por medio de la negociación y no por la fuerza.

Por lo pronto, considero que Estados Unidos seguirá generando presión hasta lograr que Maduro salga, seguramente por medio de sanciones económicas, pero el discurso cambiará y se volcará hacía un nivel más diplomático, que buscará el restablecimiento de la democracia sin entrar en amenazas bélicas.

ENS: ¿Cuál es su opinión sobre el proceso constitucional en Chile?

GP: Chile también tiene una larga tradición democrática. En esta nación existe una amplia ciudadanía democrática y una mayoría de políticos que saben distinguir y diferencial entre una democracia y un régimen autoritario. En 1988, en otro plebiscito, y en el 1989, cuando se realizaron las elecciones presidenciales, yo fui observador parlamentario en este país. Hoy con mucha alegría veo que ha vuelvo la democracia a la nación austral.

El proceso constitución que recién vivió fue un paso tremendamente importante, el plebiscito fue una decisión en contra de elementos poco democráticos de la constitución antigua, que abre el camino a una nueva ola de democratización. Esperemos que la asamblea logre manifestar claramente las reglas para la construcción de una nueva sociedad, más incluyente y más equitativa.

Finalmente, estoy convencido que los chilenos van escribir una excelente constitución y a mejorar el funcionamiento de la democracia.

ENS: ¿Cuáles podrían ser los efectos en la política exterior de Estados Unidos la elección de Joe Biden?

GP: Biden va a ser un presidente muy equilibrado que sabe cómo negociar sin enfrentarse con China, sin mostrarse débil con Rusia, sin hacer interferencia en la política de los países latinoamericanos, pero, con la convicción que por encima de todo y de cualquier interés, defenderá los Derechos Humanos e individuales. Biden intentará, además, reconstruir un orden internacional liberal con mucha atención al medioambiente y a los acuerdos de Paris. En esto se concentrará para desarrollar sus principales acciones en política exterior, por lo menos al inicio de su gobierno.

En cuanto a Rusia, Biden tendrá que lidiar con una relación histórica y tradicionalmente tensa, pues la nación de Putin sigue siendo fuerte y determinante en la geopolítica europea y seguirá incidiendo fuertemente sobre esta región, poniendo quizá en riesgo, sino se maneja bien, los intereses de los Estados Unidos en esta parte del hemisferio.

De otra parte, con China, Biden no se va a desgastar manteniendo un conflicto o guerra comercial. El gigante asiático tiene otros intereses, particularmente en África o América Latina como zonas de influencia comercial. Puede que regresen a China los aíres tensos o belicosos, pero sobre su esfera de influencia geopolítica cercana, no como para pensar una guerra con Estados Unidos.

ENS: ¿Y cuáles podrían ser las consecuencias para América Latina?

GP: Consecuencias buenas, positivas, pero no automáticas. Los gobernantes de los países de América Latina deben explotar la oportunidad de la presidencia Biden para establecer relaciones económicas, culturales y políticas que contribuyan al desarrollo.

Estados Unidos tiene muchos problemas internos, así que esa será su prioridad, tratar de unificar, de generar consenso, de disminuir la xenofobia, el racismo. En otras palabras, Latinoamérica no es su prioridad, tiene otra agenda geopolítica a la cual darle mayor importancia. Esto podría convertirse en una ventaja comparativa para el devenir de los pueblos de la región.

ENS: ¿Qué lecciones pueden sacarse de la gestión del covid-19 en Europa?

GP: Las cifras siguen en un aumento, lo cual evidencia que los italianos algo estamos haciendo muy mal. En otras palabras, no somos ejemplo a seguir, por lo menos en términos de manejo de la pandemia.

Actualmente los casos diarios de Covid–19 sobrepasan los 30 mil positivos y se registran cada 24 horas no menos de 300 muertes. Hemos superado el millón de contagios desde que inició la mortal pandemia. Hoy el número total de fallecidos por el letal virus ya ronda los 42 mil.

Por lo tanto, la principal lección es que el covid-19 existe, no es un simple resfriado y nos está matando.

Es una pandemia que va a perdurar en el tiempo y que será mortal para muchas personas y en muchas latitudes. Ahora es cuando más necesitamos respetar las reglas y no bajar la guardia. En Italia, y lo digo con vergüenza, no creímos en el impacto de este virus y hoy enfrentamos las consecuencias.

La pandemia en resumen es un test de inteligencia y de sentido cívico que nos probará una y otra vez. No será un paréntesis y va a durar mucho tiempo, producirá muchas desigualdades por muchos años y debemos afrontarla de manera multilateral. Para esto se requiere del esfuerzo de todos para derrotarla. En el caso puntual de la Unión Europea, hay un poco más de experiencia y recursos; pero en América Latina, al contrario, se requieren mayores esfuerzos pues de lo contrario se dispararán, entre otros, los índices de pobreza y miseria en la región.

Bogotá Noviembre 14, 2020 El Nuevo Siglo

Entrevista: Doctor Gianfranco Pasquino Comparte Reflexiones Sobre la Democracia en America Latina

NDI

by ANDREA FERNANDEZ in Colombia

Editor: Esta fue dirigidos por Red Innovación, una plataforma manejado por NDI para ayudar a innovadores en América Latina mientras laboran para que sus gobiernos y instituciones políticas respondan a las necesidades de los ciudadanos y sean más transparentes en sus operaciones y eficaces en entregar resultados que les importan en la vida diaria. Por favor visite http://redinnovacion.org/ para aprender más.

El profesor Pasquino es graduado en Ciencias Políticas en la Universidad de Turín donde fue alumno de Norberto Bobbio y especialista en Política Comparada con Giovanni Sartori en la Universidad de Florencia. Desde el 1975 hasta el 2012 ha sido profesor ordinario de Ciencias Políticas en la Universidad de Boloña. Actualmente enseña en el Bologna Center de la Universidad John Hopkins. Pasquino se reunió con Andrea Fernández, oficial de programas de NDI en Colombia, para discutir el estado de la democracia en América Latina.

Andrea Fernández: ¿Cómo están los partido políticos representando los intereses de los ciudadanos?

Gianfranco Pasquino: La paradoja es que los partidos políticos son absolutamente necesarios. Cuando no existen los partidos políticos los que tienen poder económico, cultural, religioso o social tienen más poder político también. Entonces los partidos políticos son necesarios para que los que no tiene bastante poder de tipo económico puedan adquirir poder político. Pero es difícil construir partidos políticos fuertes en América Latina, pocas democracias tienen partidos políticos estables, fuertes, por ejemplo Chile de una cierta manera, Brasil también, Argentina tiene algo que no es un partido político sino un gran movimiento político con diferentes opiniones, el peronismo. Pueden ser que en Venezuela los partidos políticos reaparezcan, espero otros y nuevos partidos políticos. Colombia tiene partidos políticos que me parece funcionan bastante bien. Entonces si queremos fortalecer las democracias debemos fortalecer los partidos políticos a través de los electores, los militantes y los líderes.

AF: Tenemos muchos personalismos en la región, un fenómeno muy relevante en América Latina. Cómo ve ese escenario donde los partidos están perdiendo un poco de fuerza. ¿Están representando más las personas los intereses de los ciudadanos?

GP: Las personas cuentan en política y no es solamente en América Latina que hay personalismos o partidos personalistas. En Europa hay partido personalistas, en Italia existe un partido solamente con una persona que intenta controlarlo totalmente. Lo que se debe hacer es construir una situación en la cual hay competencia de personas dentro de un partido. Yo se que es difícil pero no se puede hacer política sin personas, sin personas responsables y sin construir partidos bastante fuertes desde el punto de la organización y la presencia territorial de los partidos. Es un desafío pero la política es un desafío.

AF: Cómo ve usted el tema de la reelección, que se ha vuelto un gran fenómeno en la región

GP: Mi posición es que la reelección de los presidentes, una vez es una buena cosa. Es decir, en el primer mandato los presidentes intentan actuar su programa, y después si quieren ser reelegidos para ser responsables los electores evalúan lo que los presidentes han hecho, no han hecho o hecho mal y después votan. Y si es posible ser reelegido todos los presidentes serán más responsables. En el segundo mandato los presidentes intentan entrar en la historia del país, entonces producir cambios importantes, positivos y dejar una verdad importante a sus sucesores. Si no hay reelección el presidente llega a ser irresponsable casi inmediatamente, eso no es una buena idea. Comprendo el medio que el presidente o la presidenta concentre en sus manos mucho poder, pero si quieren ser reelegidos serán muy cautos en la utilización del poder. Si no pueden ser reelegidos producen problemas más que soluciones.

AF: En alguno de sus libros usted menciona que “cada país tiene la oposición que merece” ¿Cómo es el tema de la oposición y cuál es el valor que tiene para la democracia?

GP: La oposición es esencial para la democracia porque propone algo de alternativo puede criticar el gobierno, puede explicar por qué el gobierno no hace lo que debería hacer, puede sugerir diferentes soluciones y la oposición debe intentar representar la sociedad, los varios grupos de la sociedad de manera tal que pueda ganar las elecciones. Entonces una buena oposición es un estímulo para el gobierno y produce una democracia de mejor calidad. El problema de la mayoría de los países latinoamericanos es que la oposición produce declaraciones que no ayudan a mejorar los gobiernos, entonces no es habitualmente una buena oposición y si no hay una buena oposición no hay buen gobierno, se puede decir así. Sé que el trabajo de la oposición es difícil, porque los gobiernos intentan impedir a las oposiciones hacer sus tareas, no les gustan las críticas, no aceptan las sugerencias. Es una dialéctica muy complicada pero absolutamente necesaria.

AF: En América Latina se ha discutido mucho el tema de reformas políticas, reformas electorales. Hablemos un poco de las listas cerradas y bloqueadas. ¿Qué recomendaciones haría usted?

GP: Si los electores pueden votar solamente a un partido a una lista sin escoger dentro de la lista los candidatos, no me parece un buen sistema. Creo que los electores deberían tener más poder entonces dos votos, si puedo decir así, un voto a la lista y un voto a uno, dos candidatos. Yo diría dos candidatos porque soy políticamente correcto. Entonces los electores pueden dar un voto a un candidato solamente si quieren, pero si utilizan los dos votos deberían ser un hombre y una mujer; paridad de género es mejor. Creo que sea una buena solución porque la política es hecha por hombres y mujeres y debe ser evaluada lo que los hombres y mujeres hacen. Lo que en Europa se llamaría voto de preferencia es una solución y puede funcionar.

AF: ¿Cómo fortalecer las estructuras partidistas en América Latina?

GP: No se cómo se hace porque las situaciones son muy diferentes, entonces hay soluciones diferentes. En algunos casos no es posible fortalecer nada como en Argentina porque hay un movimiento político que domina prácticamente todas las elecciones nacionales y la mayoría de las elecciones en las provincias. En otros casos debería ser un problema de los líderes, los líderes deberían intentar fortalecer las organizaciones de los partidos pero eso depende del Colombia, de Brasil por ejemplo, un partido debería establecer relaciones estrechas con algunos grupos organizados que pueden ser las asociaciones de cualquier tipo. En general si los partidos se fortalecen las democracias se fortalecen, eso debería ser una declaración general que funcione en todos los países. Porque no imitan el caso de Chile, donde los partidos son partidos fuertes, la misma derecha ha logrado construir un partido bastante fuerte.

AF: ¿Cómo está cambiando la relación entre los partidos y los gobernantes el uso de internet, redes sociales, ¿qué deben hacer los partidos políticos?

GP: La tecnología es muy importante porque sirve a la comunicación política pero debe existir un mensaje. Usted puede utilizar todas las tecnologías nuevas de manera muy innovadora pero si no tiene un mensaje político fuerte no sirve de nada. Pienso que los partidos políticos deberían saber utilizar la tecnología y debería saber que hay diferentes tipos de electores que reciben mensajes de diferente origen entonces los mensajes deberían ser calibrados según los electores. En este momento todo esto no ha cambiado la política en Europa por ejemplo, pero sirve a movilizar grupos de electores. Por ejemplo Podemos en España es producto de la nueva tecnología. El Movimiento cinco Estrellas en Italia es producto de la nueva tecnología. Los que se llaman piratas en Alemania y Suecia son producto de la tecnología. Pero si el mensaje políticos no es verdaderamente nuevo, no es aceptable, no produce confianza entre los líderes en los electores todo esto no sirve de nada.

Vientos de cambio en Europa. Es poco lo nuevo que avanza

PERFIL 2

Las numerosas y coloridas listas de izquierda que le dieron la vida (y la victoria) a Syriza en Grecia y que contribuyeron al crecimiento de Podemos en España son un fenómeno que tiene sus raíces fundamentalmente nacionales. No es una moda que, como la moda, produjo imitaciones, pero, por ejemplo, en Italia, más que imitaciones exitosas, lo que encontramos es el florecer de las ilusiones. También en otras partes, en Europa, aparecieron listas de izquierda en la misma izquierda, desde los Piratas suecos y alemanes hasta la Alternativa para Alemania, pero demostraron que no consiguieron afirmarse en el electorado. El elemento común a todas las nuevas listas de izquierda es la insatisfacción en las capacidades de representación de los partidos de izquierda, a menudo socialistas. En Grecia, esos partidos, más precisamente el Pasok, se derrumbaron y sus potenciales electores se dejaron convencer por Tsipras. En España, el PSOE se mantiene, pero en la oposición, mientras que Podemos creció gracias a la afluencia de jóvenes sin antecedentes, pertenencias partidarias y lealtades electorales. Por otra parte, en Alemania, Suecia, Noruega, Francia y Gran Bretaña, los partidos socialdemócratas y laboristas están en el gobierno y consiguen demostrar la inutilidad de un enfrentamiento con ellos. Por el contrario, cuando el desafío se presenta, se manifiesta mucho más a la derecha que a la izquierda. Aquí está el segundo elemento común: la oposición al euro, la crítica a la UE, la reaparición de un nacionalismo xenófobo (y, a veces, antisemita).

Pensar que éstas son posiciones que prenuncian un futuro practicable me parece francamente no sólo un error, sino una enorme estupidez (una tontería monumental). En el caso de las derechas se trata simplemente de su incapacidad para llegar a la modernidad. En los casos de Syriza y Podemos, hay un poco de infantilismo, destinado a pasar con el tiempo. Hay también una recuperación de la política de los buenos sentimientos: ayudar a los más débiles. Y hay, finalmente, un poco de miedo al futuro y a la competencia global que mancomuna a algunos sectores de derecha, como lo ha demostrado, no casualmente, la alianza antinatural de gobierno entre Syriza y los Griegos Independientes.

En la medida en que son “nacionales”, los fenómenos de izquierda y derecha serán confrontados por los partidos tradicionales. En la medida –variable– en que son antieuropeos, podrán ser combatidos por el Parlamento y la Comisión Europea. Aunque está absolutamente fuera de moda sostener que el horizonte de Europa es luminoso, ésta es mi posición. La UE tiene aún enormes espacios por mejorar desde el punto de vista de la eficiencia, la desburocratización y la democracia. Las nuevas derechas son viejas, pero están destinadas a perdurar. Existen en todas las democracias, incluida la de los Estados Unidos y las de toda América Latina. En cambio, las nuevas izquierdas están destinadas a durar poco, l’espace d’un matin, para luego retroceder. Merecen un poco de atención, pero los analistas deben tener una mirada más amplia. El futuro es de los partidos que, a pesar de todo, supieron reformarse constantemente desde hace más de ciento cincuenta años.

PUBLICADO EN EDICIÓN IMPRESA DE PERFIL 31/01/2015 Traducción: Guillermo Piro

Le nuove sfide della democrazia in America Latina

XI CONGRESO NACIONAL

Entre el malestar y la innovación. Los nuevos retos de la democracia en América Latina” è il titolo della conferenza preparatoria per il Congresso internazionale sulla Democrazia che Gianfranco Pasquino terrà Lunedi 25 agosto alle ore 11 nell’aula 201 della Facoltà di Scienze Politiche e Relazioni Internazionali dell’Università di Rosario, Argentina.

Entre el malestar y la innovación. Los nuevos retos de la democracia en América Latina

Entre el malestar y la innovación. Los nuevos retos de la democracia en América Latina